En el año de 1986 a las 2:35 de la madrugada nació Farina Pao Paucar Franco en la ciudad de Medellín Colombia. Según el horóscopo Chino regida por el signo del Tigre. Farina que en árabe significa “Única” y Pao que en chino significa “Envolver”, hacen referencia a su ascendencia materna y paterna.
Sus raíces Chinas, peruanas y Árabe Libanes describen la personalidad y esencia de Farina. Farina proviene de una familia materna de músicos. Creció escuchando desde cumbia, fandango Chandé y todo ese folklor que representa la Isla colonial de Mompox y Talaigua, del departamento de Bolivar.
Desde pequeña sabía que su camino seria la música, pero su timidez era su gran obstáculo. Se paraba largas horas frente al espejo y soñaba cantándole a millones de personas. La primera presentación de Farina fue un total fiasco y una gran desilusión para su madre, el primer día que le tocaba cantar olvidó la letra de su ronda infantil y su presentación fueron llantos. A medida que pasaba el tiempo comenzó a desenvolverse en el medio artístico y su segunda demostración de ello fue con el baile. Poco a poco lo que comenzó con llanto se convirtió en la alegría de su vida y lo demostró cuando decidió pertenecer al coro de su colegio.
Su escuela fue la iglesia y su primera interpretación como solista fue una canción religiosa que le dio la seguridad y aprobación de su colegio cuando al terminar todos sus compañeros la aplaudieron. Cuando Farina cumplió sus 14 años comenzó a interesarse por un género poco comercial en Colombia, el Hip Hop y toda la música afroamericana. Conoció por cosas de la vida a un grupo de chocoanos que en ese momento buscaban un tercer integrante para su grupo, el único problema era que necesitaban un rapero y Farina lamentablemente no contaba con este don.
Desde pequeña sabía que su camino seria la música, pero su timidez era su gran obstáculo. Se paraba largas horas frente al espejo y soñaba cantándole a millones de personas. La primera presentación de Farina fue un total fiasco y una gran desilusión para su madre, el primer día que le tocaba cantar olvidó la letra de su ronda infantil y su presentación fueron llantos. A medida que pasaba el tiempo comenzó a desenvolverse en el medio artístico y su segunda demostración de ello fue con el baile. Poco a poco lo que comenzó con llanto se convirtió en la alegría de su vida y lo demostró cuando decidió pertenecer al coro de su colegio.
Su escuela fue la iglesia y su primera interpretación como solista fue una canción religiosa que le dio la seguridad y aprobación de su colegio cuando al terminar todos sus compañeros la aplaudieron. Cuando Farina cumplió sus 14 años comenzó a interesarse por un género poco comercial en Colombia, el Hip Hop y toda la música afroamericana. Conoció por cosas de la vida a un grupo de chocoanos que en ese momento buscaban un tercer integrante para su grupo, el único problema era que necesitaban un rapero y Farina lamentablemente no contaba con este don.