Como un ave sobre piedra, sobre la noche y el mar, 
he cantado sin descanso, para hallarte y así voy, 
el cantar me ha bendecido y Dios bendiga ese cantar, 
como a ti por tanto mundo que he encontrado tras tu voz, 
como no te he visto he de nombrarte yo: Felicidad. 


¡Ay! Adivinándote, vivo inventándote por dónde vas, 
¡Ay! Enamorándome de eso que hablándome de ti estarás.
 

He cantando a lo más triste porque allí te he presentido, 
he imagino que eres triste como yo. 
Canto más a los que sueñan, porque entre ellos yo te he oído 
y hasta creo que solo sueñan como yo. 


¡Ay! Adivinándote, siempre inventándote por dónde vas, 
¡Ay! Enamorándome de eso que hablándome de ti estarás. 




Llevo la del solitario mucho tiempo y aprendí, 
muchos cantos y de flores que algún día te he de entregar. 
Mi cantar a ti me lleva y yo creo en él y creo en ti, 
porque me hacen infinito frente a la intranquilidad, 
como no te he visto he de nombrarte yo: Serenidad. 


¡Ay! Adivinándote, vivo inventándote por dónde vas 
¡Ay! Enamorándome de eso que hablándome de ti estarás. 


Tengo un verso que es difícil, porque tú eres un enigma, 
y no cualquier palabrita te hallará. 
He cantado de mil formas adivinándote vida, 
porque vales que te busque y busque más. 


Adivinándote, vivo inventándote por dónde vas, 
Enamorándome de eso que hablándome de ti estaráaaaaaaas. 


Adivinándote, vivo inventándote por dónde vas, 
¡Ay! Enamorándome de eso que hablándome de ti estarás. 


Adivinándote, vivo inventándote por dónde vas, 
¡Ay! Enamorándome de eso que hablándome de ti estarás.