El Seguidor de Arcoíris
Letra de la canción El Seguidor de Arcoíris - Silvio Rodríguez, con su video para ver y escuchar en línea, la canción El Seguidor de Arcoíris esta publicada en la categoria Silvio Rodriguez donde puedes encontrar más letras de este artista.
Letra de El Seguidor de Arcoíris - Silvio Rodríguez
El seguidor de arcoíris se lava las manos
con agua de lluvia y, sin sacudirse
el polvo nocturno, remonta el camino
que hizo la muerte, por ser la primera
que abriera una trocha en la selva
que habría de alzarse la vida.
El seguidor bien lo sabe y respeta
su signo en la puerta
su signo en la puerta
su signo en la puerta
su puerta con signo.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe,
y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe,
y no sabe de nadie.
En el fondo y en la superficie está más
solo que un simple muerto.
Quizá los matices que busca los halle
en las alas de un ángel, entre los demonios
o en otro universo mejor.
Su pobre arcoíris tiene dos colores:
el negro y el blanco,
y es triste la lluvia pintada con grises,
qué cosa más triste, qué cosa más triste, qué cosa más triste,
-qué triste y qué cosa-.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
El seguidor ha cargado los hijos ajenos
sobre sus rodillas gastadas pasando.
¨Quien siembre semillas, tendrá que regarlas¨.
Cuando lo recuerda vacía sus bolsillos al suelo,
rompe los papeles al polvo, la hoja de afeitarse,
aunque son sólo escombros que haya
rodando en cunetas de cualquier camino.
Qué miedo a quedarse, qué miedo a quedarse, qué miedo a quedarse
-quedarse a qué miedo-.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
El seguidor de arcoíris siempre se despide.
Nadie lo conoce a mitad de saludo.
Es un vagabundo lleno de recuerdos
que será olvidado por ser tan ligero,
por no usar corbata ni polvo en el ceño,
por irse a llorar donde lloran los perros:
al fondo de un patio, al fondo de un patio, al fondo de un patio
-un patio sin fondo-.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
Al fondo de un patio, al fondo de un patio, al fondo de un patio,
de un patio sin fondo.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
con agua de lluvia y, sin sacudirse
el polvo nocturno, remonta el camino
que hizo la muerte, por ser la primera
que abriera una trocha en la selva
que habría de alzarse la vida.
El seguidor bien lo sabe y respeta
su signo en la puerta
su signo en la puerta
su signo en la puerta
su puerta con signo.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe,
y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe,
y no sabe de nadie.
En el fondo y en la superficie está más
solo que un simple muerto.
Quizá los matices que busca los halle
en las alas de un ángel, entre los demonios
o en otro universo mejor.
Su pobre arcoíris tiene dos colores:
el negro y el blanco,
y es triste la lluvia pintada con grises,
qué cosa más triste, qué cosa más triste, qué cosa más triste,
-qué triste y qué cosa-.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
El seguidor ha cargado los hijos ajenos
sobre sus rodillas gastadas pasando.
¨Quien siembre semillas, tendrá que regarlas¨.
Cuando lo recuerda vacía sus bolsillos al suelo,
rompe los papeles al polvo, la hoja de afeitarse,
aunque son sólo escombros que haya
rodando en cunetas de cualquier camino.
Qué miedo a quedarse, qué miedo a quedarse, qué miedo a quedarse
-quedarse a qué miedo-.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
El seguidor de arcoíris siempre se despide.
Nadie lo conoce a mitad de saludo.
Es un vagabundo lleno de recuerdos
que será olvidado por ser tan ligero,
por no usar corbata ni polvo en el ceño,
por irse a llorar donde lloran los perros:
al fondo de un patio, al fondo de un patio, al fondo de un patio
-un patio sin fondo-.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
Al fondo de un patio, al fondo de un patio, al fondo de un patio,
de un patio sin fondo.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nada.
Y no sabe, y no sabe, y no sabe, y no sabe de nadie.
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