En un enfrentamiento legal sin precedentes, TikTok ha interpuesto una demanda para bloquear su prohibición en Estados Unidos, alegando que la medida infringe sus derechos constitucionales de debido proceso y libertad de expresión.
La plataforma, que es muy popular entre los estadounidenses, ha sido acusada de ser un vehículo potencial de espionaje para China, esto debido a las leyes chinas que obligan a las empresas a compartir datos con el gobierno de Xi Jinping, sin embargo, TikTok rechaza estas acusaciones y afirmando que opera de manera independiente en EE. UU. Por lo que no comparte datos con el gigante asiático.
Por su parte, el gobierno de EE. UU. argumenta que la prohibición es necesaria para proteger la seguridad nacional, destacando los riesgos que representan los datos recopilados por TikTok. La empresa ha intentado mitigar estas preocupaciones al proponer que los datos de los usuarios estadounidenses se almacenen dentro del país y bajo control local, aunque estas medidas no han satisfecho al gobierno.
El desenlace de este caso no solo afectará a TikTok y sus usuarios en EE. UU., sino que también podría establecer un precedente para cómo se tratan otras tecnologías extranjeras en el país. Este litigio se enmarca en una rivalidad tecnológica y estratégica más amplia entre EE. UU. y China, resaltando la tensión entre globalización tecnológica y soberanía digital.